Reflexión Meditemos Antes de Actuar

30.06.2015 15:13

Una chica muy arrogante esperaba su vuelo
en la sala de un gran aeropuerto.
Como debía esperar un largo rato, decidió
comprar un libro y también galletas.
Se sentó, para poder descansar y leer en paz.
En el asiento de al lado se sentó una señora
ya de edad poco avanzada, que abrió una
revista y empezó a leer.
Entre ellas quedó un paquete de galletas.
Cuando la chica cogió la primera galleta, la
señora también tomó una.
La chica se sintió indignada, pero no dijo
nada. Solo pensó: "¡Qué descarada esta
vieja; si yo fuera más valiente, le diría un par
de cosas y hasta le podría insultar".
Cada vez que ella cogía una galleta, la
señora también tomaba una.
Aquello le indignaba tanto a la chica, que no
conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando quedaba una sola galleta,
pensó: "¿qué hará ahora esta vieja
aprovechada?".
Entonces, la señora partió la última galleta y
con una media sonrisa en su rostro, sin
decirle nada a la chica, dejó media galleta
para ella.
¡Ah no! ¡Aquello le pareció demasiado! La
chica se enfureció, se molestó, quedó muy
indignada con tal situación.
Tomó la media galleta, no aguantó más y la
tiró a los pies de la anciana diciendo: “vieja
descarada, se ve que tiene hambre, eso es lo
que usted es…una descarada”.
La señora la escuchó, agachó la cabeza y no
respondió nada.
Se levantaron las dos y cada quien se dirigió
a su propio sector de embarque, ya que
tenían distintos vuelos y se dirigían,
obviamente, a diferentes destinos.
Mientras caminaba a su sector de embarque,
muy indignada, la chica resoplaba la enorme
rabia que llevaba. Cerró su libro, tomó sus
cosas y se dirigió a abordar.
Cuando se sentó en el interior del avión, miró
dentro del bolso y para su sorpresa, allí
estaba su paquete de galletas... intacto y
cerrado.
¡Sintió tanta vergüenza! Que se le caía la
cara y le dio tanto sentimiento con aquella
señora que hasta lloró.
Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada
que estaba.
¡Había olvidado que sus galletas estaban
guardadas dentro de su bolso!
La señora había compartido todas sus
galletitas con ella, y sin sentirse indignada,
nerviosa, consternada o alterada.
Y ya no estaba a tiempo ni tenía
posibilidades para dar explicaciones o pedir
disculpas.
Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en
nuestra vida sacamos conclusiones cuando
debiéramos observar mejor?
¿Cuántas cosas no son exactamente como
pensamos acerca de las personas?
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida
que no se recuperan:
Una piedra, después de haber sido lanzada;
Una palabra, después de haberla dicho;
Una oportunidad, después de haberla
perdido;
El tiempo, después de haber pasado.
NO ACTUEMOS APRESURADAMENTE.
MUCHAS VECES EN ESOS IMPULSOS, HASTA
OFENDEMOS Y NO NOS DAMOS CUENTA
QUE LAS COSAS NO SON COMO PENSAMOS.
MEDITEMOS ANTES DE ACTUAR Y OFENDER.
ANTES DE FORMARTE UN JUICIO DE
AQUELLO, ASEGÚRATE BIEN, NO VAYA
HACER QUE DAÑES A ALGUIEN
INMERECIDAMENTE, QUE QUEDES EN
RIDÍCULO, TE ARREPIENTAS Y YA SEA
DEMASIADO TARDE. >>>>>>>>>> Retuitte y comparta esta Reflexión por favor